Para la consolidación de sus obras Félix parte de una serie de viajes mentales y personales a la zona baja del putumayo. Hay una constante necesidad de retornar a la selva, el contacto con elementos como el aire, agua y viento donde convive lo inherte y lo vivo, lo espontáneo y lo elaborado. El juego toma un papel importante dentro del desarrollo pictórico, asi como todas sus experiencias infantiles. Sus cuadros son de gran formato. Un trabajo para admirar y deleitarse.
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